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DF Lab opinión/ Inteligencia artificial y educación: ¿por qué seguimos esperando?

"Será clave para preparar con éxito a las futuras generaciones en el uso de la razón, conciencia y buenos hábitos al momento de usar estas tecnologías y así prevenir, por ejemplo, casos similares como el ocurrido recientemente en un colegio particular de Santiago".

Por: Claudio Droppelmann. Country Manager Axity Chile | Publicado: Lunes 17 de junio de 2024 a las 09:02 hrs.
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Claudio Droppelmann. Country Manager Axity Chile
Claudio Droppelmann. Country Manager Axity Chile

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La necesidad de incorporar nuevas metodologías y herramientas en el sistema educacional se ha venido acrecentando en el último tiempo. Una encuesta realizada en 2023 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), muestra que menos del 10% de un universo de más de 400 escuelas y universidades a nivel mundial han elaborado políticas institucionales sobre la utilización de aplicaciones de IA generativa, dejándonos en un escenario vulnerable. ¿Qué está pasando?

Estas cifras nos llevan a reflexionar sobre una realidad más que evidente: estas tecnologías llegaron para quedarse y debemos ser capaces de convertirlas en socios estratégicos. En ese sentido, es clave poner énfasis en el ámbito educacional, porque esto será clave para preparar con éxito a las futuras generaciones en el uso de la razón, conciencia y buenos hábitos al momento de usar estas tecnologías y así prevenir, por ejemplo, casos similares como el ocurrido recientemente en un colegio particular de Santiago.

¿Por qué los tomadores de decisiones del sector educación aún no incluyen esto como eje central de su estrategia?

La reflexión aquí nos lleva a pensar en los desafíos éticos y sociales asociados con su implementación. Sin duda, deben tener un control para garantizar que beneficie a todos los estudiantes de manera equitativa y que imparta conocimientos reales.

Desde el mundo de la tecnología, debemos ser capaces de mostrar las oportunidades concretas y el abanico de posibilidades que se abren ante la implementación de este tipo de estrategias.

Y es que los beneficios son sorprendentes. Solo a grosso modo, podemos decir que una correcta aplicación tecnológica, con las posibilidades con las que contamos hoy, nos permite mejorar el índice de deserción estudiantil y la calidad de aprendizaje de los estudiantes, disminuir la cantidad de ayudantías presenciales y contribuir, en paralelo, con la disminución de los costos de la institución, entre muchos otros.

El correcto desarrollo de la calidad de la educación es parte fundamental de un trabajo colaborativo que nos debe ocupar a todos. Si ya la Inteligencia Artificial nos proporciona herramientas y técnicas innovadoras que mejoran la enseñanza, el aprendizaje y la administración educativa, no deberíamos seguir esperando para subirnos al carro de la transformación.

 

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